Luna Nueva, el problema de la novedad

Hay una verdad que no podemos evitar: los vampiros y el romance son una de las mejores mancuernas que existentes por el simple hecho de que tienen un encanto inherente que ha extendido su deleite por generaciones.

Por el momento el trono de los vampiros más populares se encuentra ocupado por los Cullen, los Volturi y demás asesinos producto de la imaginación de Stephany Meyer gracias a su serie de novelas Crepúsculo y más específicamente a las adaptaciones cinematográficas a las que ahora se une Luna Nueva en una travesía que ha sorprendido a todos, ya que los derechos para realizar las películas fueron vendido aún antes de que saliera a la venta la primera novela de la serie.

Ahora estamos rodeados de vampiros que tienen una apariencia más frágil y diamantina aunque los hombres lobo son justo lo que se espera de ellos (no te los pierdas Cuarón). Hay varias habilidades comunes con todos los vampiros, Stephany Mayer ha reconocido que los suyos son distintos por el simple hecho de son ser ella especialista en el tema y por eso creó su propia mitología.

Luna Nueva es una cinta dedicada a los fans y es precisamente ese detalle el que afecta la película pues en un intento de complacer descuida el dinamismo alargándose para contento de unos y angustia de los acompañantes que necesitan ver la primera cinta para entender la trama que continúa centrada en el romance entre Bella (Kristen Stewart) y Edward (Robert Pattison) con el esperado tercero en discordia Jacob Black (Taylor Lautner), aderezado con el sufrimiento autoimpuesto de los personajes en una anécdota que se anticipaba desde la primera película.



Un amor casto, lleno de candor brillante al que le atraviesa la tragedia de la separación no prevista. Y donde los complejos sentimientos de los personajes no alcanzan a quedar del todo bien reflejados bajo la dirección de Chris Weitz en la que nada es especialmente relevante y a mi parecer ese es el gran error.

El trabajo de fotografía de Javier Aguirresarobe, es de lo más aplaudible reflejando voluntariamente la atmósfera depresiva, y el excelente desarrollo de las alucinaciones de Bella que logran mantener el interés entre el público.

Curiosamente la actuación de Taylor Lautner desluce un poco a causa de su mayor atractivo físico (intenten ver seriamente como pelea contra Edward cuando la mayor parte del público adolescente femenino sigue suspirando por sus músculos). Lo más relevante y que reconozco me pareció interesante fue la preocupación de Bella por envejecer ¡a los 18 años! Eso despierta demasiados análisis de los que será mejor hablar otro día.

La saga de Crepúsculo se consolida en el gusto del público y refuerza el nuevo status que están ganando las novelas fantásticas, esperemos que eso no termine en moda.

Comentó.... Dulce Lissentari.