Toy Story 3, sublime

Las luces se apagaron, ya tenías listo el bote de palomitas y los lentes 3D puestos a pesar de ser un requerimiento obligatorio para disfrutar de la nueva novedad el sentimiento era el mismo que se experimenta al reencontrarse con un viejo amigo que encuentras después de mucho tiempo...

y nos dimos cita de nuevo en el cuarto de Andy.
Toy Story fue innovadora en más de un sentido cuando llegó a las salas de cine por primera vez, pero ahora demuestran de nuevo que en Pixar no tienen miedo a los cambios e innovaciones tecnológicas pero aún más importante, se deciden a desarrollar a sus personajes, concederles vida y permitirles crecer. Pero no se confundan, no sólo hablo de Andy que nos muestra mucho más de su gran corazón en esta cinta, sino de Woody, Buzz y compañia, todos y cada uno de llos son más definidos, por increíble que parezca, más reales.
Ahora se encuentra una historia conmovedora hasta la médula nuevamente animada digitalmente y si bien la vanguardia es la 3D, no es esa su fuerza, sino la manera exquisita en que el guión —gran trabajo de Michael Arndt—, nos atrapa. Los creativos de Pixar —John Lasseter a la cabeza— se lo pasan bien jugando, y por eso el espectador se contagia de su alegría y se reencuentra con Woody y Buzz, se hace amigo de varios juguetes nuevos y echa a volar la imaginación olvidando la edad física para vivir aventuras fantásticas y volver a creer que juntos se puede ir «hasta el infinito y más allá».


Comentó... Dulce Lissentari.